lunes, 28 de septiembre de 2015

TÉCNICA DE INYECCIÓN DE INSULINA

  • Lavarse las manos (debe ser una técnica lo más aséptica posible)
  • Invertir el vial o pluma y rodarlo entre las manos (sólo en insulina retardada) para conseguir una solución uniforme.
  • Cargar las unidades de insulina pautadas (jeringa o pluma) Si cargamos en jeringa debemos tener en cuenta la calibración de la insulina. En Europa la dilución de la insulina es de 100 unidades por mililitro, antaño era de 40 unidades por mililitro.
  • Si vamos a mezclar insulina rápida y retardada en una jeringa, cargar primero la rápida para no contaminar la retardada (acordaos que la retardada contiene protamina o Zn, si cargamos primero la insulina retardada podemos introducir esta protamina en el vial de insulina rápida y convertirla en retardada, alterando así su efecto primario) (nunca mezclar insulina glargina con lispro, aspart o glulisina ya que el pH del tejido subcutáneo se alteraría y no conseguiríamos el efecto prolongado de la glargina).
  • Si cargamos insulina de una pluma en una jeringa, al volver a usar la pluma. Con el aire que queda en el reservorio precargado porque podemos poner solo aire o menos insulina de la que pretendemos cargar.
  • Mantener la aguja protegida hasta el momento de la inyección (si dejamos la aguja en la pluma de insulina para un segundo uso dejarla con el protector puesto, nunca poner solo la tapa de la pluma porque podría contaminarse o podríamos pincharnos al destaparla).
  • Limpiar zona de inyección y dejar secar.
  • Coger un pequeño pliegue en la zona a inyectar.
  • La inclinación de la aguja dependerá de la cantidad de grasa de la zona (45º/90º).
  • Mantener pliegue durante la inyección.
Si aparece sangrado aplicar presión. Nunca frotar sobre la insulina porque modificaremos su absorción y por tanto su tiempo de acción.
Aquí vemos la técnica correcta de inyección de insulina con pellizco
En el dibujo podemos observar el pliegue correcto para la inyección de insulina, se trata de elevar el tejido subcutáneo sin forzarlo y sin levantar el tejido intramuscular, ya que lo que pretendemos es inyectar la insulina en el tejido subcutáneo. El tejido intramuscular al estar más irrigado no produce el efecto deseado, acelera la absorción de la insulina. El tejido intradérmino está menos irrigado por lo que enlentece la absorción de la insulina.
Para elegir el tipo de aguja para las plumas de insulina, hay que saber que en el mercado existen tres tamaños diferentes en cuanto a longitud que son 6, 8 y 12 milímetros. El diámetro es muy similar y oscila entre 0,25 y 0,36 mm no existiendo diferencias significativas entre uno y otro. La indicación de una aguja con un diámetro y una longitud determinada, está en función del sexo, edad, pero sobre todo del IMC, del volumen del tejido graso ya que la insulina debe administrarse en tejido subcutáneo.
Las agujas llevan una base de vaselina para un solo uso, el uso reiterado de la misma aguja produce el despunte del bisel aumentando el riesgo de sangrados, hematomas, cicatrices, infecciones o rotura de aguja y lipodistrofias ( lipohipertrofias y lipoatrofias). Por esto se debe recomendar cambiar la aguja con cada inyección.
Imagen al microcopio electrónico del bisel de las agujas tras varios usos

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